Mensaje del Embajador José Antonio Zabalgoitia

Nuevos materiales, pequeños objetos capaces de resolver operaciones de manera muy potente, implantes, monitores, sensores, son parte del paisaje, por así decirlo, de millones de personas en todo el planeta.

Del otro lado, sin embargo, la multiplicación de noticias falsas, teorías sin sustento y desacreditación del conocimiento tienen también un lugar prominente en nuestras vidas.

Promover de manera efectiva el diálogo entre la comunidad científica y la sociedad se ha vuelto, por ello, una tarea fundamental. No se trata de reproducir las estrategias ya conocidas de divulgación científica. El reto es generar un nuevo lenguaje y crear nuevos canales y entidades que comprendan el espíritu de la época.

Desde PUENTES reconocemos que la creación del Consejo para el Conocimiento y la Innovación (COTECI), en México; y del Centro Nacional de Comunicación de la Ciencia, en Países Bajos, responden a ese propósito.

Por una parte, el COTECI es una entidad creada por el canciller de México, Marcelo Ebrard Casaubon, como una herramienta para impulsar una política exterior que tenga a la ciencia, la tecnología y la innovación como palancas del desarrollo social de nuestro país.

Por la otra, el Centro Nacional de Comunicación de la Ciencia, cuyo impulso se debe al actual ministro de educación, cultura y ciencia de los Países Bajos, Robbert Dijkgraaf, busca acercar aún más los desarrollos científicos a la comprensión de las personas.

El elemento en común es fortalecer el diálogo con la sociedad, y hacerlo en sus propios términos: accesibles para todos.

Hoy, la sociedad participa y presta cada vez mayor atención a la ciencia, la innovación y la tecnología, ámbitos que, en buena medida, antes estaban reservados para comunidades profesionales cerradas.

El trabajo del COTECI y del Centro Nacional de Comunicación de la Ciencia abren, adicionalmente, el camino para establecer mecanismos para que instituciones y comunidad científica de México y Países Bajos tengan una comunicación más efectiva entre pares, en beneficio de ambos países.

La creación del COTECI y del Centro Nacional de Comunicación de la Ciencia, es un ejemplo de innovación institucional que PUENTES difunde en este número.

El nacimiento de estas instituciones constituye una visión innovadora en las ciencias sociales, en las que México y los Países Bajos coinciden una vez más.

Por otra parte, PUENTES recoge los pormenores de una aplicación innovadora del derecho. Se trata del inédito litigio que México ha entablado en una corte de los Estados Unidos contra once fabricantes de armas de fuego.

Bajo el señalamiento de que los fabricantes conscientemente promueven el tráfico ilícito y facilitan activamente que las armas lleguen a los cárteles de la droga en territorio mexicano, el gobierno de México demanda, a través de las vías jurídicas de su propio país, a que los fabricantes de armas de fuego en los Estados Unidos respondan frente a su responsabilidad por los efectos de este comercio ilícito.

Se trata, sin duda, como bien han dicho diversos académicos de modo reiterado, de un litigio histórico. Un juicio en el que, además, se coloca en el centro la defensa y promoción de los derechos humanos, al prestar atención a la violación al derecho a la vida o integridad física de aquellas personas que han sido asesinadas con las armas de fuego traficadas.

Con este número, PUENTES comienza su segundo año de vida.

Me complace que entre sus notas pueda ofrecer dos interesantes artículos sobre la atención del cáncer en México y en Países Bajos La convergencia entre salud e innovación constituye un área de oportunidad para continuar fortaleciendo la cooperación entre nuestras naciones.

Del mismo modo que una mirada al promisorio crecimiento del hub aeronáutico que México ofrece en el estado de Querétaro, da cuenta de la capacidad de nuestro país para generar polos de desarrollo en áreas vitales para la ciencia, la tecnología y la innovación en nuestro tiempo.

 A la vez que el avance que anuncia el mayor contaminador de Países Bajos para producir acero con hidrógeno resulta igualmente alentador frente a los desafíos del presente.

Así pues, al iniciar este segundo año de publicación, PUENTES reafirma su compromiso con las grandes posibilidades que una cooperación complementaria, circular y sustentable abre para México y Países Bajos.

Al mismo tiempo, PUENTES reitera su vocación como un espacio en el que el diálogo entre ciencia, innovación y tecnología con la sociedad se fortalezca y multiplique.